jueves, 9 de octubre de 2014
El Pensamiento de la Noche
La noche duerme.
Junto a ella el lenguaje, el jaguar, los lirios de
agua tomados como una hegemonía por
una voluntad donde esa misma noche
piensa.
El aura de una campana parece conjurar los sentidos.
La hoja y el conocimiento.
El oceano descendiendo a través del incienzo
con una flauta.
Negras alambradas de equipajes descuelgan un pacto
dorado y escarlata con la espuma y las antiguas aletas
del viento: mar y apostoles este amanecer de ritmos
y numeros paganos, derivando a los jardines
con una promesa amarilla y guarniciones de estampas,
estandartes donde la miseria escarcha
dubititivos dones de cienagas. El cielo a estribor de
una plaza y el otoño por donde yerran heterodoxos respiros; tal
un cadaver, tal un nictalope dentro de anagogías donde
apocalipticos capitulos colman el ansia de profetas.
Allí la cupula renace y entonces el universo
sigue al tiempo con una memoria
disecandose en una tradición de sacrificios
alimentando el pleonasmo, el cipres
el atardecer con modelos oviparos
y puntos sobrenaturales. Cadencias paralelas al
trino del espejo y bardos enigmas anuncian la plasticidad
entre patriarcas donde se forma el lenguaje: esta vez
acto de activistas y exhalos
repitiendose una y otra vez en el infinito.
Todos precipitandose entre orillas de
bozales.
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