viernes, 24 de octubre de 2014

Poema






Todavía es un navío y sus anclas son similes de una calle
en lo más profundo de los barcos. Inédito el frío que por
las columnas de agua camina con un plato de hierro. Silencioso el tiempo
que desarticula espacios acuaticos con medidas de tigres o desnudos obeliscos
de plata entre santuarios de vidrio. Y si ello es asi, algo como
el oceano debería despedirse en cada movimiento de 
sus pajaros o esa individualidad que sostiene la
redención de un absoluto acaso ganado al 
poema en la incursión a sus sienes.

 -obviamente
de las que aquí nos observan mientras son escritas-

Pero somos inmediatos en lo que a poetica
se refiere, evitamos siempre la parafrasis e incluso evitamos
que el contenido promulgué legislaciones de infancia
para convertirnos en marionetas de nuestra propia
inocencia. En agitaciones 
semejantes a los pilares que el huerto ilumina
con entrañas que no siempre son contenidos de las venas
ni el artificio, porque ellas provienen de los tráficos.

Asi volvemos a tocar una hoja.

Es una forma de desarrollar un pensamiento.





                       

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