martes, 17 de septiembre de 2013
Poesìa del Amanecer en una Forma
Esta mañana al darme cuenta que no
necesitarìa despertar, comprendì que
la noche habìa pasado
de una forma.
Las condiciones del espacio
no eran las mismas, los sustantivos errantes
por el aire. La libelula con un violìn en
su vientre muerta en mi cabeza.
Los generos del centuriòn raido.
La imprecaciòn perpetua del gaviero
el horizonte, el màs lejano. Esta mañana
las condiciones eran tambièn
otra forma.
Y còmo no, buscar una planicie.
Còmo no estrellarse contra el universo
buscando una entera gramatologìa
que siente con unciòn
el mal de esta carne; esa naturaleza
desde la cual procedìan
mundos enteros como el objeto,
fraseologìas semejantes al material;
rudimentarias faldas escocesas por el
agua, entonaban esa melodìa que
precede a esa realidad encerrada
en la perpeciòn de toda forma.
Y esta la era.
Pero no estaba preparado para ella.
Habìa llegado al amanecer
y eso era todo.
Sin necesidad de despertar,
oprimiendo mi corazòn a una mesa
o el celeste movimiento de
una criatura.
Yo no estaba preparado.
Pero el amanecer creìa que sì.
Y me mostraba otra de sus
formas.
Guillermo Paredes Mattos
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