martes, 3 de septiembre de 2013
La Sed Del Sentido
Si escribimos preludio, antes està el
presagio.
La infancia de la luz: el violinista del
tigre y la pantera.
Los juncos y las demàs reliquias de
uva, relatadas de noche por el cefiro.
Si escribimos, basta afirmar para negar
algun mar inocente.
Barajas de sortijas arrojadas al canto
por un dejo universal de tinieblas.
Barajas suspendidas en trenes de naipes
que la realidad conquista en el amen.
Y màs abajo, el rocìo ontològico de esa
sed rebelde donde arrecìa uno
y otro hecho, la manifestaciòn de
coartada que semejante a una estampa
nos deja solitarios, posados en breas
y escalas de pètalos
ascendiendo como eslabones sin
sentido alguno al aire.
Sin sentido...
Pero algo muy profunfo nos dice...
Que aquel ya ha sido encontrado.
Guillermo Paredes Mattos
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