lunes, 30 de septiembre de 2013

Los Clanes de Vidrio








Sobre ellas; las cumbres
dejaròn traficantes
de nieve
y la arena
abriò el fundamento
-como si sus llanuras fueran
un solo poro-
para que sus territorios
abstractamente
se convirtieran en agua.

Eso lo tramò la divinidad...

Màs allà el pensamiento
pudo commocionarse, de tal forma
que en ese miedo, la magia encontrò
su psicologia: una de arnes. 
Una folklòrica.

Una psicologia 
-valga la redundancia-
que fuera retorica y psiquiatrica.

Psiquiatrica de altos velos para para no
interesar a nadie. 
Psiquiatrica de altas comparaciones con 
temperamentos o el guepardo
de un celeste hihilismo con mi otrora.

Yo tuve que deducir entre premisas
que no decìan mucho, pero decìanlo asi todo.
Yo tuve que concluir igual como acontece
en un concepto. Pero un concepto al terminar
de definir sabe que sòlo empieza un
camino.

Ello no me diò la confianza de ese orgullo
que sobreviene tras ciertos equlibrios
nostalgicos o neurològicos.

Yo no me parezco mucho al ego.

Ello sòlo me diò una poca confianza
para sobrevivir en mi mismo.

Muy a pesar de ese mi mismo.

Tambièn de esa psiquiatrìa
tan hipodèrmicamente psicològica.

Y lo siento un poco.

Lo siento por los pentateucos y los
dinosaurios.





Guillermo Paredes Mattos

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