jueves, 5 de septiembre de 2013

La Frecuencia del Despertar





Es frecuente y original borrar un fantasma.
Errar concientemente de noche.
Formar plaquetas sin nombre.
Escupir acontecimientos, como si la tierra
fuera aurea y cada hombre la recorriera
con un segundo en el pecho.

Relatar cada noche que èstas y otras cosas
son posibles. Que la inasibilidad
es don en movimiento.
Una inclinaciòn.
Un puerto andrògino de especulaciones.
Ceder a la expresiòn o el instante y tornar,
tornar al genesis como si
fueramos de mercurio
y los catalejos
mas altisonantes del esbirro
cantaran fenomenicos nùmeros.
Esos nùmeros que llevan
nuestros nombres.

Es decidido y limpio que toda carta astral
busque un arpa 
y una cordillera de amarillos duendes
en cuyas faldas un heraldo de
frìo
nos conmueve por su miedo
a elegir tan sòlo en si mismo.

Un miedo que separa el pànico de
sus metàforas y sin embargo
esa emancipaciòn con altura de cometa
sòlo roe la tristeza de un pedestal
con la barbarie
justo porque allì empieza el hechizo 
del destello.

La prolongaciòn de un velo
descansando en ese destello.

Sin saber en què momento despertar.



Guillermo Paredes Mattos







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