sábado, 7 de septiembre de 2013
Conocimientos Pretorianos
Imagino el diario ecuestre
de una sinonimia.
La comparaciòn del bucle en
la tiniebla.
Un camposanto hermètico.
El lamento misògino del
terciopelo cayendo por un alma.
La condena de una semantica
en el significado.
Unas coordenadas y otras
atravesando estelas
o los ancestrales predicados
del tiempo en un
cometa
varado por el torpor
de mandragoras
y hemisferios de gènesis.
Abonando el punto de
algùn diluvio.
Devanado por el ser del
caleidoscopio
galàctico
defiendo el vacìo de los
sarcofagos. Su erratico
via crucis de onomatopeya
y eponimo.
- Procolabico-
Hoy sè que no llegarà a ellos
un hombre.
Pero
lastimo cofradìas con el
desencanto de un
termitero reminiscente
donde las cabezas
eligieron en
la frente un pensamiento,
una colisiòn
o el saber de un catòlico
yambo
donde la tradiciòn recogìa
el misterioso
libro de un oràculo
lleno de mediterraneos
centinelas.
Alguno viviò como una excusa.
Alguno fuè sòlo pretoriano.
Guillermo Paredes Mattos
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