martes, 5 de septiembre de 2017

Ese Viento





Ese viento que recorre el mundo arrancando
una capa de azufre en el aluminio.
El diario de espuma con una bitàcora.
Con una serpiente de hollìn en el pelo.

Y la brisa que cuelga del horizonte con una
especie de infinito varado.
Ese viento como una especie de leña
y fragmento.

La sed de un precipicio entre conjuntos
de carne mientras los huesos juntan microscopios.

El vuelo del peciolo en un nube donde la existencia
se alarga. Se aprisiona. Se suspende en el ambar
y dado que la trascendencia es un finisimo hilo donde
se ahoga el destello
yo vuelvo a los travesaños.

A las eras de un lingote con frases y vertigos.
Con laminas alrededor del ocaso donde son antiguas
las fragancias semejantes al aroma de un
paradero que posee limones
o en todo caso los pliegues de la arena
en la orilla son descendientes
de una historia màs antigua aùn que aquellas
errantes en el genesis.

O son las pupilas una escala.
Un vidrio donde pasta el conocimiento con
envergaduras que constan necesariamente de 
cenizas y costras. De lenguajes de
barro. De espirales de sombra
donde la luz
acaricia un embarque de lluvia.

Un pètalo de agua formado en el pubis.

Junto a tradiciones de uvas y colmenas
despertando a otra realidad entre sus sueños.








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