jueves, 28 de septiembre de 2017

El Pàjaro que Cruza la Niebla




El pàjaro cruza la niebla.
La espuma en sus alas deja ver aùn el hollìn de una antorcha.
Las cenizas de una constelaciòn que ardiò en una
playa.

Los cometas brotan de los parentesis.
De los cascos de humo.
De los intervalos.
De las interpretaciones adoradas por los albedrìos.
En las escaleras vuelve al sueño
una sinagoga.

El pàjaro cruza la niebla con una bicicleta.
Muerde el ruido.
Muerde la hojarasca incrustada en las rafagas.
Las palabras secretas que parecen formar los enigmas en
ellas.

Piràmides de sol equilibrandose en los corchos.
Nombres de girasoles que escriben sobre la orilla
de una playa aquellas silabas que continuan a los eclipses
y en los àngulos de los medanos forman un aro.
Una historia cualquiera.
Una referencia maritima donde el brillo medita
en extraños adoquines.
En la arcilla sumergida en el pecho.
Toda arcilla en el pecho lleva expediciones a los 
triàngulos.

A los telescopios de los cuales a veces està compuesta
una cara.

A los dirigibles mediantes los cuales se eleva al aire
en busca de aquel pàjaro que cruza la niebla un rostro.

En ocasiones de aquel que amamos.



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