viernes, 8 de septiembre de 2017

De la Orilla a las Ciudades





A lo lejos el mar es como una liquida anatomía.
El horizonte donde el crepúsculo busca una cigarra.
El cenit con un espacio suspendido en un navío purpura.
En una dosis de alientos escarlatas.
En un conjunto de ideas fragmentándose en un peciolo.
Entre las nervaduras que iluminan un día soleado
en los bajeles de salitre.
O un enigma donde dios empieza a estilizar sus nudos.

Acantilados de limón junto a un cristal dorado.
Empujando las sentinas de un dije en las melenas cuando
el silencio es azul como un pensamiento que camina
de la orilla a las ciudades y mantiene en sus ojos
el color de las olas.

Qué hombre se atrevería a leer en ese pensamiento
sin el riesgo de quebrar su color?

A lo lejos.
Cuando el universo trae un hemisferio de crestas pensado
por un homonimo y en cada plano de la mandarina 
una pergola esboza la herida de una hormiga en el iris
de un dinosaurio.
De un diario antediluviano que descubrimos en los setos.
En las serpentinas que deja un árbol en una alameda.
En un mirador que de tanto contemplar 
las constelaciones va hacia ellas.

Lleno de infinitos daguerrotipos.

Y transparentes columnas de figuras donde sospechan
de la inercia y del sigilo los pájaros.











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