jueves, 21 de septiembre de 2017
Continuidad de la Mariposa
No era la misma ciudad. Entonces habìa màs de
un papel regado en el suelo. En la que habito sòlo
existe una hiperbole.
Radios azules como una franja de espuma en la arena
dejada por la lluvia.
Telescopios con una bocina en sus lentes recorriendo la luna.
El pàjaro en tus cabellos tiene una naranja en su pico
y eso es lo ùnico que habrà de ser perpetuo.
Màs allà del sueño -casi entre la realidad- hay una camisa.
No era la misma ciudad. En la misma habìan otras
fotografìas y el recorrido del lenguaje concebìa naufragios
inclinandose a una bujìa de yeso.
Los que existìan en esa ciudad confiscaban manuscritos
asediados por un ancla. Por un torpor en el silencio.
En ese silencio donde la soledad empuja candelabros para vivir.
Y las luciernagas devoran exilios como si fueran cometas.
Percepciòn del aire que otra vez toma una semejanza.
Asteroides que en el brillo resumen en uno de sus ejes la
continuidad de mariposa.
Un sequito instalado por oraciones evalua el
rango de los archipielagos y en el muro colonial
de un desprecio se empina una forma.
Hecha de violines y helices que atraviesan el mundo.
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