jueves, 7 de noviembre de 2013
Destino de Mar
Describimos el mar por manadas.
Todas llenas de dactilógrafos.
Ascendémos a ello entre cicutas
de flores inmersas.
Alimentàmos cipreses.
Con ese peso inclinamos la idea
del estro mientras los archipielagos
doran su primer pensamiento.
Con esa constelaciòn invadimos
la antigua hemisferaciòn
del sentido.
El significado volviendo del agua
personificado por siniestros eslabones de
melodìas.
Por ritmos anteriores al espacio
o la semilla de ese relato divino que
la fiebre deja por partes en un
equilibrio modificando
en cada tornasol
mi cultura.
Con ese equilibrio de misticas
armonìas, transgredimos.
Y sòlo el destino del mar
espera.
Guillermo Paredes Mattos
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