miércoles, 20 de noviembre de 2013
La Intensidad del Sentido
En todo tràfico.
En toda dimensionalidad donde lo
sensible ajusta, segùn la andanada:
el ejercicio dogmatico
del sonido y la palabra.
Bajo un manantial.
Cuando ese sonido y esa palabra
separan al crear un significado
como el percibir o el lampo
de un satànico
esplendor en
una màscara
instantaneamente desatada por
la cera.
En algo màs grave, como una greva
sinuosamente caminando al sentido
o un templo de escamas
donde sitiamos
los relampagos y verdecen
apolos sin caligrafìas
ni exodos, mostrandonos
versaciones como el paladar
o un temple nostradàmico
como el que gira en
la nube.
En la sensibilidad: segùn
los acontecimientos del tordo
o el escrupulo guineal
del precipicio en la marea
pendiente en este amanecer
de una gnosis
de religiosa alabarda
ascendiendo mitologicamente
a las torres.
Cuando el mineral une el desprecio
por los tantos crimenes en la luz
por la llama y ese esòfago
es fogueado
nuevamente en el silo
donde vapulease el
verso por
su iniciaciòn tan temprana
en el dorso
o la temperatura del texto.
Cuando pensamos el universo
por centigrados.
Seguros de ninguna intensidad.
Recopilando en cada cueva
un termometro.
Guillermo Paredes Mattos
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