jueves, 28 de noviembre de 2013
La Disciplina del Gitano
No lo escribas, no para ti. Dì al pièlago
que toda puerta siempre està en pedazos
y cuando tales pedazos suspendense
en el cielo llegan al escarpìn,
a salvas de primogenitos y cometas.
Olvida el color que tiñe la noche de aquello
diferente a lo que clava en el granito
tus manos: el astro que observas en esa
noche tan alta es clarividente y escribirà
entre otros la suerte de galaxias y orbitas.
-la que llevas en tu corazòn està perdida-
El calor de tus dedos regresarà al ruido
vestido de otra forma; cartografìas de mantis
y poderes en el agua, confirmaràn la disciplina
que tuviste ante los manantiales.
Sòlo tu disciplina debe saber que fuiste siniestro.
Que caminaste siempre buscando animales.
Lejos de la carne y la mirada: buscando uvas
y soplos, encarnando habitaciones donde la
lèctura se inmolaba como si fuera conocimiento
para sentir el desvanecerse.
Y ahora que ves un gitano pasar, pregùntale
por aquella lèctura.
Pidele por odio o por amor
què palabras se incendiaron en ella.
Guillermo Paredes mattos
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