viernes, 22 de noviembre de 2013
Con Excepciòn de lo Absoluto
El jardìn es un primer drama.
A continuaciòn hablamos de barcos
en èl.
De gèneros de loto.
Si la noche es màs profunda que
nosotros, oìremos una cigarra.
Si hundo mis manos en la tierra
estas se uniràn a la humedad
de la misma.
-en el camino esas manos habràn
cruzado la hierba-
Me unirè al barro: el devenir es
un legado en èl: no dirè que es
un mundo que nunca cruzaron los hombres.
Todos lo hiceron y lo seguiràn
haciendo a su manera.
Creerè que ese hecho era para mì
lo exacto.
Segùn ello, este instante estaba
escrito en algùn lugar del infinito:la
creaciòn habìa dejado su espìritu
allì para que suceda.
Yo sòlo caminaba.
Su espìritu elevò una palabra para
que acontezca.
- no habìa otro lugar màs que el
alma para ello-
Encederè una vela frente
a mì.
Ello no traerà un mundo plagado
de simbolos, sòlo traerà un mundo.
Verè el universo de alguien desconocido.
Mas allà mi intuiciòn al no lograr
definir ese sìmbolo me enseñarà
el sentido contrario de su naturaleza.
Es decir para què no fueron creados.
Luego de sacar mis manos del barro
me quedarè eternamente observàndolas.
Sòlo el fuego de una vela
seguirà su camino.
Guillermo Paredes Mattos
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