jueves, 7 de noviembre de 2013
Percepciòn de los Bosques
Es natural el parpado como del forastero.
El dìa hermeneùtico
o panegìrico. Un acento como a
liquido despertando o descubriendose:
una legaña cerca al rayo
insolitamente.
Tambièn la efervescencia.
Y si caminas un poco, la mitologìa
no podrà conformarse con la estaca
del corazòn, no basta
la espuma para ser moderno.
Eso debe ser citado sin opuestos al
germen o la sed de su experiencia,
sin mètodos ni agonìas
dispuestas a la fe
sobre todo a un arcangel.
No hay necesidad de la altura o
los rostros.
Del ideario o la inteligencia en
una tumba, junto a druidas
que ensartan sus colores
casi devastandose
y màs allà, la ceremonia y la necesidad
imponen una casta, la
serenata infinita
pero no eterna
de aquellos que
hunden
pergaminos
en los prados.
Sin la esperanza de
que sean percibidos por
un bosque.
Y sin percepciòn no hay inteligencia
de madera.
Sin percepciòn nos dedicamos a estrellar
compuestos de nombres.
Formulas de carne...Algunas son heroes.
Guillermo P.M.
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