Estaba el templo, màs dinàmico.
Tambièn la dedicatorìa.
Un panoràmico lenguaje.
La indòmita cienaga derivando
a un mundo sin playas y la atenciòn
del ficus en un trebol sucio.
En ello, exodos de nihilismos: un
pleamar uniendo dos castillos, la
lapida en ascenciòn en èl devorando
un rehen de aciagos libretos: sòlo
uno era entrañable como el mundo.
Yo no creo en particularidades
como una palabra
sin digerirse en los sueños.
Para mì, un subjuntivo corta
desde rusticos campeonatos de
verdores, una aventura con las cosas
perdidas y he vivido siempre decidido
a buscar hormigueros
- pasa cuando nuestro mundo es pequeño-
con la esperanza que desde la
hipotesis posee el oso.
Aunque suele pasar que los osos
son amnesicos.
Suele pasar que caminan detràs
de una pantera.
Asi como las hormigas construyen
torres hacia abajo.
Guillermo Paredes Mattos
No hay comentarios:
Publicar un comentario