sábado, 30 de noviembre de 2013
La Percusiòn de la Muerte
Me conmovieron algunos ruidos,
pero crecì en el agua.
Me debo a los archipìelagos; a
una especie de sufismo
en ellos.
-todo sufismo es espiritualmente
atomizado, no sè que dirà la heterodoxia-
De tanto conmoverme, mi vida se
volviò percusiòn de una tendencia:
marina siempre, es decir naufraga.
Desde allì monitoreaba mis actos y
descubrìa el horror de mis escrùpulos.
Nimgùn canto queda virgen dentro
de ellos.
Es la arena quien lleva el nucleo
de este dìa; subjetivo como
todo lo que toco.
Los sonidos que despiertan en ellas
son fosforescencia.
Algo iridiscente como la sangre
tarde o temprano rodearà este momento.
Ya no tendrè timpanos. A tu lado no
podràs hablar de promogènitos
rodeado de galgos
de equilateros.
Tu frenesì borrarà todos los golfos.
Los acantilados ya no seràn una
mafia donde trafica la muerte
a travès del suicidio la vida
de los hombres.
Pero eso no importarà.
Igualmente nos arrojarèmos buscando
entre las sombras.
Guillermo Paredes Mattos
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