martes, 26 de noviembre de 2013

La Linterna Mesopotàmica





Soy una persona desorganizada.
Nunca pìenso en reseñas cuando camino
hacia el mar.
Poseo un craneo mesopotàmico y junto
a èl una linterna.
He buscado osos y comparto con la soledad
el resto de vida que resta.
Esta es la mìa.
-generalmente de harina-
Dejò de ser personal cuando
hallò el comportamiento,
luces de salvas; el estallido 
de un pueblo doblàndose hacìa el fresno
donde es titànico o siniestro conmemorar
una fecha o el prologo 
omitiendo un siniestro clavel en 
un amanecer de mitos.
Soy una persona desorganizada que
llegò a un mito.
Que pensò en una figura medianamente.
Que devorò metales y luego uniò
a la metàfora 
sin encargo del hilar porque
el corazòn ya hilaba.
Hilar es tambièn mesopotàmico.
En ello se parece a mi nuca.
Compartimos veloces resurecciones
de troncos junto a un trance.
Esperamos que la arcilla brote
desde una entraña donde el espantapajaro
recita su estructura de frustraciòn
tras frustraciòn.
Soy una persona que nunca lograrà 
organizarse a pesar de poseer un mito
y tendra que ir de frustraciòn en frustraciòn
llenando el empedrado del òpalo
de cosas ajenas a una 
palabra, por ejemplo.

No se puede escribir por toda la
eternidad en ellos.



Guillermo Paredes Mattos

No hay comentarios:

Publicar un comentario