jueves, 22 de abril de 2010

Los Gritos Anònimos

Los Gritos Anònimos



En un segmento de aire que cita calendarios.

Donde la calle une aires a corrientes y nacen como ayer
los elementos.

Una escencia de luz, una apuesta a la baraja del as muy temprano,
cuando el hombre empieza el dìa luego de haberse ocultado
de la noche y aunque los juegos de naipes
devoran frutos de azar
crean misteriosas escuadras
semejantes a nosotros.

Soberbias de escorpiònes tan ocultas en la miseria
de decir y dejar de hacerlo con las cosas.

Tal vez el lenguaje no debiò sembrar palabras.


Cuando los reinos no arrastran palacios y la manìa por
elaborar una fàbrica nos convierte en el grillo
del techo que recoge dirigibles solitario.

Y quièn podrìa oponerse a ese acto y por màs que todo acto
lleve un brillo que pueda sostenerlo.

Este brillo no siempre se llama pensamiento.

Los mìos retozan como astros.

Nunca hallarè el pensamiento que los suspende
en las ràfagas.

Asi que literario y literario voy entre sacudidas
y pulsos.

Nunca pueden desprenderse como un fòsil
cuando son descubiertas, simplemente elaboran,
presionan un fusil, confrontan misiones de
escabrozo y espeluznante sosiego
con el adjetivo.

Pero no soy sòlo una apuesta a los cirros.

Ni la niebla que cerca el pino de esta casa robada
por la hierba.

Todo lo hace porque el follaje guarda el secreto
de todo descenlace.

Y de ese todo que tensa como una visiòn en
su mirada.

Para lograr soñarlo.



Guillermo Isaac Paredes Mattos





Guillermo.

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