lunes, 26 de abril de 2010

La Flor Svastica

Al cerrar los ojos
a la palabra y lo que hay en ella...




He vivido demasiado en la palabra. Hoy no sè salir de ella.
Yo creo que la palabra es una especie de infierno
seduciendonos, en un principio
con luminosas espinas,
biblicamente las llamamos paraiso.


Tantas dìas, tantas noches, mi corazòn y su espìritu
fueron arrojados allì para que resistieran,
para que hallaran su volumen,
ese aire de peces llamado consistencia,
esa entraña hecha de lunas.

Y jamàs en ella fuì rebelde, jamàs pude
caminar en sus hilos de acuerdo a la precipitaciòn,
eso sì, escribì como si el mundo muriera lentamente.

Y el mundo como el universo mueren con paciencia.

Mi estancia allì no la debo al milagro,
la divinidad en mi pecho fue un trozo pronunciado
por extraños ignorantes, fuì uno de ellos
el principe de la màs fatal sabidurìa,
indòmito a veces,
increible como el barro que penetra la ceniza,
el fuego lo llama violaciòn.

He vivido tantas veces en la palabra. Siempre estuve solo ante ella
no es nada nuevo pronunciarlo para
poder escribirlo, no sè si mi debes es sellarlo en esta hoja.

En esta hoja deberìan vivir y morir otras cosas.
Al igual que yo nadie jamàs sabrà su nombre.


Guillermo Isaac Mattos.


Diciembre del 2008.

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