Banquete
Me sumo a la belleza.
En sus craneos mis manos
interceptan como ayer la abstracciòn.
Mi alma apenas era un cometa.
El punto central de una esfera cuando es abordada
por la inteligencia.
Tanto universo para mi ser poètico.
Para el perverso àrbol de su logos.
Para la màs severa episteme.
Y no hay nada que pueda desdecirlo.
Mi intenciòn es sòlo el placer del lenguaje.
Algo màs humano.
Pero busco otro idioma. Un mundo
que sostenga mis muertes gramàticas.
ese sueño que profiera la palabra màs profunda
sin jamàs llegar a ella.
Esa representaciòn del cristal y la cruz.
Esos patriarcas de sangre diciendonos
que hay bajo la noche otro conocimiento.
Y este poema tarde o temprano con todo
su significado serà arratrado hacia la podredumbre.
Pero presiento que al suceder una de sus palabras
serà sepultada sin haber leìdo en sus velas.
Asi es y no de otra forma, como lo esperaba belleza.
Entre tù yo sòlo acudiràn sobresaltos.
La matemàtica de cierta sacudida.
Una calle rosacruz si quieres.
Pero esta noche vivamos en otras veredas.
Miremonos desde lejos, para poder hablarnos.
Guillermo Isaac Paredes Mattos.
lunes, 26 de abril de 2010
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