El Lugar Esotèrico
Es humano de noche saber que sentimos.
Que es posible escribir y doblar una hoja.
Y que viviremos, segùn dioses, en los lenguajes del àrbol.
Y esa forma irà màs allà de nosotros, como lo hizo
alguna vez la existencia, aquella que profundamente avisora.
Es humano presagiar, recibir a aquellos que en los ojos
llevan una maldiciòn, dejarlos dormir en nuestro lecho y de noche
arrancar de su mirada esa belleza.
Es tan simple.
Vivir concibiendo impulsos a cada momento, hacer del momento
verdad e hipocrecia, caer infinitamente desde una torre
a otra.
Y quisiera -siquiera- mirar desde lejos aquellos lenguajes
que aguardan por nosotros.
Para ese mirar es necesario màs de una vida.
Con una no vamos a encontrarlos.
Es tan solo escribir.
Un poco irracional, mudarme de mi mesa a la cama.
Mis actos son tan mìnimos y pequeños, no implican a nada,
se desplazan, buscando -en este instante- en el punto
un ala sumergida.
Ese punto y el ala pueden ser afirmadas. Demàs
està decir que vivo convencido de ello.
Ademàs se agitan como casi siempre,
en este mi lugar.
El lugar esotèrico.
Guillermo Isaac Paredes Mattos.
viernes, 16 de abril de 2010
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