Lenguaje para los que muerden
A veces respondo.
La noche es continuidad de paso verde.
un alfìl de aire para los que tejen una sombra
la caida del lenguaje que muerde
un peòn de azufre al final de
una làgrima.
Ocasionalmente.
Para esos que lìmitan el mundo en una metàfora
Para los que nunca se impresionan mas que con ventanas
y adentro una sesiòn de escorpiones implora
la mejilla o el parpado que peregrinò con dios a la vocal
a sustantividades y ejemplos
que doran su alma en devenires simplemente
vacìos.
Esta es la postraciòn del mìo.
Y aùn puedo mostrarlo.
Insinuar el epìteto mas frìo de su decadencia
replicar entre naves aquello sin boca ni desembocadura.
El tiempo tanto como el espacio es el diario metafìsico
de estas iniciales convertidas en verso,
la proeza de un pobre titan
alzando a la nube la idiota conquista de su pelo.
Y mirando ese palido esplendor
sè que no voy a quedarme.
Que èstos muñecos no viviràn mucho dentro
de ese ser lleno de tripas y trapos.
La capitulaciòn de la sensibilidad entre mis ruinas
-nunca lo dije- no serà el camino donde leerà
mi estela.
Eso es sòlo para los que muerden.
Es decir aleja la consonante de esa palabra
y encontraràs uno de mis pesos.
Guillermo Isaac paredes Mattos
viernes, 9 de abril de 2010
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