martes, 11 de julio de 2017

Performance de una Palabra






Seguramente no hay mucho que habitar.
Ni pajaros ni relojes hundiendose entre las metamorfosis.
Ni collares que hablan de transfiguraciones.
Ni ciclos o cometas en un perimetro determinado de
esta calle donde hace años vive o se agita una vereda.
Una uva.

Con sus dioses contemporaneos.
Neoliberales como el trigo.
Sagrados desde los adjetivos del bronce.
O las escencias de un prologo siguiendo a las performances
de una palabra.

Seràn realmente performances?
Acaso no pueden ser escrutinios o eclipses de un cielo
que se aleja desde la sintesis de una mañana.
Desde las teorìas que prolongan los vuelos de la sal
como habitos que llegan de una realidad propensa a los iris
y los metabolismos del eter.
Tambièn de las sinagogas.
De las estatuas de sal con algunos movimientos.
Con algunas nucas donde orientan los corceles un universo
de mandarinas y trigo.
De aceitunas y bolidos donde se mece un jabalì
con tamaño desencanto.
Sin esperar reencarnaciones.

Solido y amargo como una superficie donde cae el sol en 
el verano.
Una superficie que en ocasiones da vida al destello.
O en otras aguarda los charcos de agua que deja la lluvia
en el invierno.

Charcos que llegada la aurora quedan convertidos en 
higos y astronomìas.

En lances subrepticios de dragones.













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