viernes, 21 de julio de 2017
El Sonido de un Trueno
Alguien oye dentro de un caracol el sonido de un trueno.
El mismo ser camina hacia el desierto con ese trueno.
Los brillos focalizan o gimen. Las estructuras de un lenguaje
que desconocìa se dirigen hacia los monòlogos.
El peso de la realidad vuelve a precisar que la finalidad de
una silaba no es siempre vivir o crear en una palabra.
En el desierto al cual se dirige ese ser hay un osculo.
Un molino y la trayectoria de un aspaviento. Un sacerdote
y el fragmento de una guitarra con aladas ecuaciones.
Todas completadas por arcipestres y catalinas.
Algunas enarenadas por el sueño.
A todo esto en un lejano mar habìa un cuchillo.
Las envolturas con que se reencarnò entre la realidad
formaron manantiales de aceite. Al no existir agua
bebimos de ellos.
El tiempo pasa. Con una religiòn o el proyecto del
aire entre las marionetas.
Con una iglesia especificada por el oraculo en la
mirada de una nutria.
Alguien oye dentro de un caracol el sonido de un trueno.
Pero ya los pàjaros lo habìan hecho mucho antes.
En vano es que aquel ser camine con ese sonido al desierto.
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