sábado, 15 de julio de 2017
El Espacio que Separa un Latido de Otro
Aqui debería haber una determinada cantidad de
árboles y de frutos que a la larga podrían ser picoteados
por la llegada de la arena.
-eso no deja de ser paradójico-
De cosas que caminan hacia la identidad o reiteran
un lenguaje de matinales espiritus que se arrastran entre la
materia.
Aquí deberían existir amuletos y también horóscopos.
Crines de hierba. Limites de pájaros.
También deberían habitar espolones. Quizá todos
pudieran ser de aire. Brisas con imagenes de
yelmos recogiendo literas. Mundos de adioses llenos
de fotografías.
Además un limbo donde tejieran las cosmogonías una
pirámide. Un evento muy cerca del tambor con ciencias
escapando de noche entre fasciculos.
Entre las venas del daguerrotipo.
Aquí.
Entre las vocaciones de las estalactitas y la percusión de
los heliotropos.
En los travesaños y las catapultas.
En los meridianos con sombras de hipodromos.
En la ventana con triángulos rojos en la boca, llenos
de rangos y geologías.
En los dones universales que giran o sobrevuelan.
En esas palabras que tiene su origen en el corazón.
Y brotan eternamente en el espacio que separa un latido
de otro.
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