jueves, 6 de julio de 2017

Dimensiones de Porcelana



                                     Orfeo



Una pupila se encuentra sobre todas las ediciones.
Entre casi todos los seres de los parpadeos.
En los vortices de un prologo.
O la vida de los eclipses dorados en una aguja.
En los escritorios de la brea donde llega al 
vapor un segmento.
Un cuaderno. Un pètalo convencido de playas
y recipientes.

En el fragmento inasible de una hoja.
Allì donde los relieves son articulados por
la soledad del plasma o la citara en los 
cabellos. 

Entre fotosintesis de granizo
y catalinas con secuencias de zinc en las puertas
de las tradiciones.

Entre contemporaneas epifanìas o sintesis
de hipnoticos 
elixires forjados por las mandarinas.

Sobrevuelos de perimetros con balaustradas.
Consignas de aceite en las sienes
descendiendo al barro convertidas en filarmònicas.

Astronomìas que volvemos a aplicar a la melodìa
de la sed en la arena cuando nos alcanza; la misma 
lleva un dialogo de magnificos espeleologos.

Columnas a base de jabalinas con
dimensiones de porcelana, heridas por la tarde
donde se filtra un crepùsculo.

El tacto del hilo que dorase como una tendencia
entre toda percusiòn con erotismos completados en la
noche por una cigarra.

Dìas de estandartes que aceptamos con una 
erosiòn en el equilibrio y un eclipse de aluminio en
los templos que propone la distancia.

El adiestramiento del verbo en una cuchara.
Un eclipse transparente en el verano.

Ruinas de vidrio en una contienda de reflejos
en la marea. En uno de los mismos celulas milimetricas 
son liquidas aùn como el oceano.

Y a veces pareciera.

A veces pareciera que sus cantos provinieran del
infierno.












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