lunes, 3 de julio de 2017

La Linea Desde una Ventana





Las cosas se deslizan igual que helices.
El lumen desliza una èpica estela creada por el oxigeno.
El viento es otra vez el coloquio de un teatro donde
sirgan los monòlogos. Pero. Què es sirgar.
Què es sirgar sobre un monologo o el
peso atòmico de una arquitectura que 
desciende de la sepia con un cartòn amarillo 
semejante a una membrana que juega alada
entre alguna contextura de hierro lleno
de profanaciones.

Muelles con fronteras que se borran entre las cosas
antes que tù o algun yo sea simplificado en la arterìa por
la sangre. La sangre que lleva algo denominado 
corriente o flujo. La sangre que imita a
la vida para que esta pueda llegar a la existencia.

Ensenadas donde la hierba detalla el uso
de una tortuga para las equivalencias y en las cascaras
de un heliotropo el mar dispone lo fantastico
casi como una ortografìa. Como un astro ebrio de dijes
representando cuerdas y opuestos.

Y entonces el mediodìa es terrestre.
Semejante a la relaciòn con la gravedad forcejeando 
en las nubes.
En las onomatopeyas.
En los supuestos porque siempre se es hiperbolico,
sobre todo en las marismas.
En un caso utopico si hablamos de la llegada al sol
con una soledad llena de cascos
limando miserables yacimientos.

Inviernos de costras o filos donde son fijados esos objetos
que a lo lejos parecen cometas.

Pero en realidad sòlo son el contraste entre la mirada
y las lineas del cuerpo de una cebra.

Ahora que pasa llena de jabones en su cuello
frente a una ventana.







No hay comentarios:

Publicar un comentario