miércoles, 26 de julio de 2017
Ceremonia
Con una ceremonia amarilla en uno de los pètalos.
Con la historia de un tallo alimentado por visagras y huesos.
En un planteamiento de olivo que se agita muy cerca
de la sangre.
En un atardecer de sienes dirigidas por martillos o
secciones de musgo que humedecen el calor de una alameda.
En una forma de llama o jabalì especificamente en las
tijeras, donde el polen llega en el amanecer
iluminado por reencarnaciones.
Con una profecìa que se desprende del racimo y en su interior
desplaza cartones de cera, iguales a los que lleva una araña
en sus alas, una hormiga en su desasimiento.
En esa hormiga con algo tan inasible como las antenas en
su cuerpo.
Con un telescopio. Con una cabellera de zinc
devorada por los frailes y los equinoccios que contiguos
al mar llenan de manzanas un devenir de goma.
En la soledad triàngular del magnesio y las cartas
que recogen los astros para que creamos en los vilos y
estupefacientes.
En las regiones donde un artropodo se baña con la luz
de una uña y el soplo que se adhiere al metal
proviene de una gruta donde emanan hacia la realidad
los espejos.
En las cronologìas en cuyas parte de agua
se tiñe una coraza de velos marrones semejantes a la
clarividencia.
Con una ceremonia. Sì. Con una golpeando los
griales en el poniente ebrias de bandadas de dromedarios
y aurora llevando el canto sobrenatural de un grillete.
Con una ceremonia.
En lo màs profundo de la realidad que es sòlo el
alejarse de ella.
Mientras la luz busca carbones.
Hemisferios de lamparas en su viaje hacia la
porcelana.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario