martes, 7 de febrero de 2017
El Pètalo al Formarse
Un pètalo va formando una esfera sobre su eje.
Al dar vuelta lo aguarda un pàjaro.
Yo pìenso en una estrella llena de racimos en
el horizonte. En los escritos de un astronauta
antes de transformarse en cocodrilo.
En este sol ardiente, no sè si tambièn
desesperado.
La esfera formada por el pètalo y tomada
por el pàjaro.
Por los pergaminos adquiriendo en cada una
de sus palabras la forma de una iguana.
-¿porque no la de un dinosaurio o un diluvio?-
Yo pienso en una casa llena de profecìas; el
hemisferio allì pronunciaba el nombre de los
barcos, pero no por ser esotèricos.
Un pètalo sobre su eje, como quien ansìa la
forma de una veleta para no convertirse en
hojarasca en el verano.
-para que ello suceda tal pètalo debe ser de
barro-
Debe tener no sòlo la anatomìa
del barro. Quizà tenga que llevar un corpusculo.
Quizà deba rozar lo irracional como lo hace
la locura; la locura roza lo irracional para crear
una penisula.
Una frecuencia de oxido en los cabellos.
Un tanteo que no deja de escribir de los
ventiladores ni en las bicicletas que huyen
de las chimeneas con una historia de guitarras
en sus almanaques. En sus cartulinas.
Un pètalo. Tù diràs que todo pètalo es en el fondo
una sonata. Un alrededor. Un amarillo gremio. Una
habitaciòn de espejos sobrenaturales como la
que habito.
Una que sòlo puede reflejar diàlogos y monòlogos
de hienas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario