miércoles, 22 de febrero de 2017
El Brillo del Vapor
Los àrboles duermen en la conciencia de un
horoscopo. En el mismo los virreyes envuelven
el oxigeno.
Toneladas de barrotes creciendo en el aire
con boinas humedecidas por la saliva de los
dinosaurios o el canto inverosimil de una aguja.
Misiones de replicas y animales llenos de
autobuses. Minerales de hollìn y arcilla encerrados
en zoològicos de hambre.
Milenariuos tatuajes donde centenarias esquirlas
cultivan auroras y escoltas de reencarnaciones.
Envìos de sal a una embajada de lamparas vibrando
entre solidas embarcaciones de fosforo.
Los àrboles duermen. Los nudos precisan los
movimientos del amor en las siluetas y en los velos
descifran las algas ecos de cicliopes y tautologìas.
Brillos de vapor en las afirmaciones, contemplando
las formas de una quemadura, dscvanciendose en
las colas de los pàjaros.
Lucidos ventanales duermen como maquinas voladoras.
Como aterrizajes de plomo en el mercurio. En las
explicaciones del atùn semidormido en las
inquisiciones.
En los tridentes de avispas descuelga la albumina
una identidead de plastilina en los collares de sus
encrucijadas
en las colecciones de humo
en los artropodos suspendidos en el vinilo
y los recolectores de proas
besando en el infinito de la noche los espejos.
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