sábado, 11 de diciembre de 2010

Poética

Sólo el orbe donde el espíritu es voceado
Sólo el pajaro ensartado a un céfiro
sin quebrar los hilos jamás. Llenándose
de madejas cada aurora

Y el observar -ese de siempre-
presiona el gatillo del minarete donde
el grito es azul como una bienvenida.

Mistifiqué ese color para mirarlo
Gases extraños prohibían mis pasos
pero mistifiqué ese color para mirarlo

Y en los rectangulos
de providenciales faroles
una botella de agujas
comparaba los relojes con una clepsidra.

Con el extasis de un labio
o la ilusión de que en su saliva
habitan los tripulantes de una poética
que es final del universo.


Pero sólo es el principio.



Guillermo Paredes Mattos

No hay comentarios:

Publicar un comentario