Sume el agua y que ello sea un movimiento.
Cierra las aspas donde molinos y sartas de enjambres
poseen movilidades de mafias, tinieblas
y el sol no puede ocultarse.
Corteja esa noción del capitulo y sus explanadas
ronden los titeres de la naturaleza
la porción decimal del hambre
el dios del olvido y la campana
desenvainando gorjeos de diluvio.
Se apocaliptico hasta donde no pueda dar
el tropo, recurre a herramientas
cuya placenta de tripticos
abre el acrilico de libros
cuya morada de bosque los sacrifica
entre liendres de duendes
y homónimos.
Presenta la efigie -no necesariamente- gregoriana
y que recorra la optica del hilo
cuando guía tu nuca
a ese camino que dejaste atras una noche.
Y que sólo la memoria de tu pensamiento
explora vertiginosamente
mordiendo ninfas
virgenes de verde soplo
ante los astros y constelaciones
de hiedras.
Se inconciente, deja al libido entramparse
en tu esquizofrenia
con el canto de un sueño incomparable
intuyendo una flor
acampanando el ciclo del tallo
y las cupulas ardientes
donde retumbas sobre una frente
el observatorio
secreto -el planetario-
de mis manos.
Guillermo isaac paredes mattos
viernes, 31 de diciembre de 2010
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