miércoles, 1 de diciembre de 2010

Perpetuidad del Azul III

La División Azul


Persigo el barco de aquel arder en los ojos
como un aparejo desnudo de invisibles piedras
donde un pétalo separa al sol del universo.
Miro merecenarios que trepan jardínes
emisarios de silenciosos evangelios en el alba
desprendiendo fortunas de visiones y prados.
Será por ello que todo empieza entre mareas
y después un laberinto llega como una posada
de albergues que rozan mesianicas arenas.
Es la argamasa la adolescencia de un cetro
conteniendo estradas en una ventana
donde como el alma también muere un pájaro.
Es un guardían la noche de una serena
invitación de mandibulas al amor, de esperas
sobre vidrios que jamás serán cruxificados.
Yo me recuerdo entre todos los barcos
tenía una proa de angustia diestra, el delfín
enseñando borracheras del sol en tu cuerpo.
Yo me separaba entre lúdicos desiertos
y agitaba el confin para que nada quede muerto
y retaba otro amor maldiciendo la palabra.
Asi cruzè el aura, asi dispuse pustulas
y naturalezas de cristales, llenos de coronas
todas en eso llamado inspiraciòn inscrustadas.


Guillermo Isaac paredes mattos

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