lunes, 6 de enero de 2014
Versiòn del Elixir y el Iglù
Esta desidia, este dejar en mis manos uno
tras otro misterios
y metamorfosis; de una celula
al reencarnarse podrìa decirse.
Y describir galerìas donde la cepa
anuncia que una raìz se encuentra
en la vida
desde un extraño maleficio con el
cual se une al tronco: todo debajo
de la tierra.
Este temprano descubrimiento de
una logia en las cruces y las imagenes
segùn las temporadas del mito en una virgen
y el manuscrito
de una ley dotada de idolos
en las leyendas
del muerdago.
Este acampar, volver al caos
a la construcciòn de una idiosincracia,
de mis paseos por la luna o el silencioso
muestrario donde estos pasos acampan,
la situaciòn con que mi yo vuelve
a la inercia tensada por
un cojìn de
supersticiones en una nave disecada.
Este vivir para abrir sòlo iglues.
Estos cortes del dìa.
Ese versionar de la cicatriz.
El sediento de la luz ahogado en el aire.
El primordial del viento soñando en el fuego.
El iniciado del espìritu perdido en el alma.
Este ir por todos los colores.
La re-creaciòn de una aguja en la corola.
Su solo advenimiento es el elixir
de acido que esta aurora
desemboca en la
corriente del
rìo.
Esa corriente que llevan las aguas.
Y sòlo la naturaleza llama
barbarie.
Guillermo paredes mattos
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