lunes, 13 de enero de 2014
El Destino Horizontal
Afìn al verso.
Al ciclo de las herraduras de agua.
Entre cabelleras sucias como el mar
en las manos.
O las diferencias entre el platino
y los objetos del primogènito
en una industrial
noche edìpica, donde aprenden
a sumergirse las morgues
en ellos
sin necesidad de una plaga.
En ese vaticinio arrancado
a esa morgue.
-ya sin primogènitos-
O el lapso
de la sensibilidad mientras
cubre la atmosfera
y un fenòmeno como el hombre
develase en ella
como una pronunciaciòn relativa
de largas llamaradas
en avenidas de
cabellos
que facilmente la providencia
eleva como ceniza
o panegìrico:deuteronòmico
quizà.
En el estìo de una sinagòga
cubriendo con un templo un
especimen religioso,
una forma de vida sin llegar
al mito, errante entre
la belleza de una
supersticion y los dìas
repartiendo por doquier
sus horoscopos: esas
sintesis de atlas
demoniaco
uniendo por la noche
liebres.
Afìn al linear.
Al versar.
A los presupuestos del horizonte
para alimentar su existencia
de una sola forma.
Y al escribir tenga el hombre
que imitarlo.
Entonces el linear y el horizonte
por un momento
caminan suspendidos en una
sola conmociòn; una
oscilaciòn transparente, igual a la de
ese hombre.
Y todos no pueden volver a la vida
si no es conjugando la vida y tomando
un objeto del escrito.
Durmiendo perpetuamente asi
en la horizontal.
Con cierta demagogìa: semejante
a la que no pudo concluir esta textualidad.
Guillermo paredes mattos.
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