lunes, 13 de enero de 2014

Los Atentados de la Rosa







He podido reconocer algunos atentados en 
la rosa.

-uno que otro alerta y todos los sinónimos
que pueda crear como oración y lleven
este sentido-

La sirena sonando mucho después de la 
destrucción o el fuego.

Ese fuego que siempre despierta por la
noche en mi pecho. No hay otra forma de 
vivir después de haber cruzado una 
calle. La existencia es otra cosa.


Mi existencia es algo que puedo
dejar diariamente entre la realidad: eso
no sucede con mi vida.


Ello lo conoce con exactitud una rosa.
Exactitud no tiene que ver con perfección ni
antílopes.
Tampoco tiene que ver con la tradición o
una cruz.
Sin embargo separando también se unen 
las cosas.

Y a pesar que no posea la velocidad de la
saeta en el poema y los atentados a una
de sus rosas
puedo detener un instante mi espíritu en 
ella.


Pero es lamentable. Muy lamentable que
esto suceda sólo mientras
vuela.






Guillermo paredes mattos


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