miércoles, 22 de enero de 2014

Sincronicidad con una Herradura






Puedes partir desde una fàbula febril,
acompañarla con un sìmbolo de rìos sobre la canela.

Recoger su idiosincracia con historias de 
ceniza.

Recrear tu conexiòn con nubes ortodoxas.

Allegado a narraciones irrepetibles, la imagen 
volverà a ser subterranea un dìa de fibromas
cuando la cruz desplegada es un
gamado silencioso
donde lo sobrenatural es inspirado por el agua.

Puedes y volveràs a reconocer el trebol puro
de una poètica,
la herejìa formando animales de piedra: aquella que
catapultas hacia un hombre que busca la niebla
y logra retirarse con ella hacia el sueño.

Tù no lo dejaràs.
Ambos circunvalaron el trebol y  la poètica
desde un solo cromosoma.


Observaràs en un mismo hombre superponiendo
los libros a una bahìa,
la acupuntura de supersticiònes liberadas en una
mesa por los idolos.

Puedes ser el oceano con tantos descendientes
de sincronicidad.

Con tantos parapentes descomunales caminaràs 
en una medusa tejida por las rafagas en 
ello que llamas hemisferio.

En ello que entre la gravedad tiene otro nombre.

En ello que en tu corazòn sòlo es un fuego.

Y entonces te denominaràs verbal por apariencia.

Aparearàs la hoja con todas las sincronicidades 
del mundo.

Tomaràs un dirigible y buscaràs en 
el hemisferio.

Asi volveràs a besar un rostro oculto-astrològico.

Y alguien desde tu misma penumbra te dirà que todo
està  en las herraduras.

Pero desde tu debil arqueologìa.

Tù ya lo habràs descubierto.



Guillermo paredes mattos

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