domingo, 5 de enero de 2014
La Yesca de las Mènades
Largas filas de sabuesos.
El aliento del nicho y su recorrido a una estructura.
De ese asunto ahora trata una flauta.
Pero en sus flautares de colonia.
En su vivenciar de anfora silenciosa
se empina un auge siempre de adioses
y desasimientos.
Monotonìa, hoy tù limpias sus escalas
y llegas hasta mì devolviendome
algùn capitulo de cipreses.
Sabuesos: saetas de cavernas donde el
amen elige una capucha; un mohìn
viandante en el ladrido.
En ese verso tambièn limpia el halo
otra estructura. Una fabricaciòn
de artefactos poèticos
como la liebre.
Como eje del morral clausurado en los
tìmpanos. El escorar del cuarzo
al religarse,
el altar milenario formateando
tus siglas mas puras ofreciendo relatos de cadmio:
una brujula igual a un santo
con camisetas de sudor en las nubes.
Yescas de mènades en ti perciben
los epistolarios.
Es decir: vaticiones que siguen despuès
de los preludios.
-esas tantas otras estructuras-
Entre violentas cabalgatas.
Guillermom paredes mattos
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