sábado, 13 de agosto de 2016

Inmersiòn de Zinc





Me detengo en esta primavera con su etapa
metafìsica. Con su rol de araña en las cavernas.
Con su fuselaje de vida labial en una zona de
vidrio.

Hablo con ella desde bosques de enjambres
donde a diario se encienden inmersiones de zinc.

Escribo en las manchas de lo solar con una vena
que en estos instantes busca celulas en el pavimento.

Hurgo en las expresiones de un alma estilizada
en artesanìas de molinos y desgraciadas helices.

Escribo por primera vez de una lata y de un paseo

que es rumiante como los que existen en las enciclopedias
o lo pristino.

Pero, porquè lo pristino?

Porquè lo pristino y no los baldes que la lluvia
del amanecer ha convertido en una especie de ritual
en los filos de los precipicios.

En esta primavera llena de salvas me detengo.
Informado siempre de la pesca y los frigorificos que
se han endurecido en los cabellos, mostrando nada
màs que la naturaleza aplastada por los
siglos.

Porquè lo pristino?

Porquè sus mensajes donde los cocodrilos devoran
las proas de los candelabros y los astronautas naufragan
en colores de quiromancias como las que saltan a cada
segundo en el pecho.

Pero es el corazòn la màs exacta quiromancia?

Es el corazòn el cefiro que conquista santabarbaras y
nociones epistolares semejantes a los atentados, al prismatico
de gasa elaborado por la constituciòn en un alma
de prolipopileno.

Y porquè no el albedrio de los tallos?

Porquè no el sueño de un fantasma entre la identidad
de sus galgos?

Porquè no  la arboleda donde el mamut persigue con
frecuencia a los girasoles cuando estamos dormidos para
poder convertirse en un sueño.

Y asi poder continuar como un sueño en el espìritu de los 
hombres por la noche.









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