miércoles, 24 de agosto de 2016

Quizà el Jardìn






Quizà el jardìn. El enjambre junto a la piedra.
Y la primavera en el interior de una estampida en
una mañana de huesos.

Quizà la jardìn, el edicto junto al evento
de agujas, esparcido por luminosos jardines de
veneno donde el encantamiento amenazaba
una mancia. Un craneo seco.

Tal vez la hipèrbole como un anuncio del idioma
en èpocas de cometas inimaginables y el lustro
de una selva, en la que frascos de hiedra eran
una luz gelatinosa cayendo de los labios.

Y era citrica la saliva, acida como un trueno.

Tal vez la posibilidad de sumar una estrella
de azufre en la medida que desertabas del himno
o escuchabas palabras de iridio en el ala de un insecto
abriendose paso a la realidad desde las
entrañas de una crisalida.

Quizà la mariposa con una libelula anclada.
El ritual de un margen leproso y marròn en los nudos.
En las alcantarillas y el lenguaje que se cita en
el crepùsculo con los nubarrones y los
espirales hechos de ferias.

O acaso el espolòn en el grito del sauce.
La orgìa tensada en el acrilico por los leviathanes.
El rumor secreto de un naipe entre lo sobrenatural una
vez arrancada la piel de los dirigibles.

Y en todo ello, sacerdotes y apostoles enumerando
diluvios universales en los puentes, junto a un exodo
apuntando a la escarcha. Lugar donde conservan
sus idolatrìas los peces.

Tal vez los espirales, el viento lleno de maleficios
y sobre todo uno de estos, separandose de si mismo
hasta convertirse en profecìa. Tal vez una gota.
Un salmo congregando rascacielos
en una grieta.

Quizà el jardìn. El hollìn de los talismanes en 
los bocetos. Las piramides de plastilina que cuelgan
todavìa de una ola. El barco encallado en medio
del oceano. El terrestre lampo donde la
veleidad arrastra un astro violeta en los regueros.

O acaso la silaba que despierta una idea.
La inspiraciòn atravesando los paraisos de una morgue.
El crespon del agua entre lo simultaneo, como una
cosmologìa que conducìa a las garrochas.

Quizà el nùmero de los grilletes.
Los bozales de una extraña frecuencia. Este dìa
con su escrùpulo en uno de sus millones
de latidos.

Y cada uno frente a esos latidos. 
Que dada su intensidad no pueden ser separados
de sì mismos.

Y escribir entre la realidad como fueron.











No hay comentarios:

Publicar un comentario