lunes, 22 de agosto de 2016
Desde una Rada
Es un mes extraño.
No voy a encontrarme con los nombres
como los que son escritos hubieran deseado.
-eso entre la brisa es casi inasible-
Es un mes con puertas y lustros
sin oasis. Un extraño lago en
el valle de un arnes
sin edades. El dialogo de un escarabajo
en la lluvia.
Es un mes lleno de ideas y diamantes negros.
De llaves con mitos de prolipopileno.
De angustias al lado de un cuaderno donde se
descarta un nudo o una astrologìa. Un
beso de sangre por la tarde.
Una luz de plastilina.
Lenguajes de parpados suben por los tallos.
Lenguajes a travès de un alfabeto donde los idiomas
se alargan forasteros con un nucleo.
Con un tallo de arena que recibe el agua desde el
interior de una campana.
Es un mes lleno de dìas paradòjicos.
-en uno de ellos hay un periodico de hollìn-
Un mes donde las aves son identidades o cascaras.
Menciones de salitre.
Patios de yesca.
En uno de sus atardeceres lo aterrador empezò
a disecarse. En otro se formaron nebulosas
como parte de una cresta que
arrastraba orgìas. Despuès
llegaron los sedimentos de polen; allì
un velamen disputaba a los nervios una brujula
y un desencanto, una marea solar, un arco
hecho de truenos.
Los paises llegaron al papel.
Los continentes se hicieron mediterraneos como
una garrocha que es tocada -sòlo un instante- por las
idolatrìas. Las morgues descolgaron azules
una saliva llena de hadas.
Es un mes extraño.
Yo he vivido de manera extraña en èl.
Casi igual a como lo hace la mirada de un hombre
desde una rada.
Cuando intenta posar los ojos de esa mirada
en el horizonte.
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