viernes, 12 de agosto de 2016

Las Cascaras de Leche






Reconocen lo moderno.
La sal en la botella de plastico.
El uso de las tautologìas para llegar a un hipopotamo.
El racimo ontològico en el vientre de una
libèlula. Atraviesan la mañana buscando
reproducir el lenguaje a lo lejos
de los timpanos y
profecìas.

Hasta donde sè recogen el aura y sobre
las peninsulas inventan coreografìas de eter
para las constelaciones. Son mamiferos
y autropopulsados. Absorven los
alquileres de aceite en los heliotropos.
Consumen inviernos y autobiografìas.

Tienen una habitaciòn que conduce a
una utopìa. Un tren de humaredas
en las que resalta aquella que respira un
misterioso nihilismo tejido de noche
en sueños por arañas. 

Poseen un desencanto en cada materia.
Desnudan la luz. El caos de la 
miseria en un anda llena de antepasados
y amatistas, como los que anidan en las
naranjas y cascaras de la leche.

Hilan distancias porque una parte del
espìritu en las mismas devora atardeceres y
espolones.

Describen las boinas si estàn situadas
junto a un maleficio.

No son hermèticos, creo que la trascendencia
de un hermetismo siempre empieza agolpada
de tatuajes y lunares. Lo ùltimo despuès de
una llegada al brillo es supersticioso.

Alaban la quiromancia en casos de 
salivas y acidos en los bozales.

Reconocen la modernidad siempre 
y cuando lo moderno sea una superficie
con relieves de hormigas.

Ven en la naturaleza lo postrero,
la intensidad y el saludo de una mantis
colgando sus ciclos entre los
arreboles. 

Se encuentran a diario con lo sagrado
entre oràculos de silvestres estelas
donde se conjugan vuelos de pàjaros.

Son purpuras. Violetas como la incursiòn
de un latigo en una selva.

Mustios, mustios y grises en las horas
de colocar las sienes entre las mandarinas.

Recogen manantiales de las estaciones.
Incrustan agujas en los parpados.
Se alimentan del vapor que no logra alejarse
en el humo de las chimeneas. Acarician 
las bolicheras del lago.

Sòlo en hemisferios de eclipses se ahogan.

En misteriosas cascaras de leche donde
algunas de sus reencarnaciones
se esparcen.









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