martes, 16 de agosto de 2016

Las Cosas








En esta casa las cosas.
Cosas en las sienes y las expediciones.
Cosas donde se puede imitar un bozal.
Cosas iguales a los arreboles y los trèboles.
Semejantes a las andanadas y a veces a los hipopotamos.

-a veces sòlo cèlulas de monarquìas, generalmente
universos de mandibulas-

Irremediablemente llenas de sortijas
como un piano duradero
incrustado en una media.

En esta casa de pavimentos comunes.
De un sol entre lo simultaneo.
De una sentencia en la iluminaciòn de un
acuario, por el cual se llega a una elixir
acompañado de relampagos.

Cosas que desde en sacrificios de viento traen una 
raìz, con imagenes de gotas y maquinas donde
viviò una astrofisica, un horoscopo
como un sudario, allì la tradiciòn empujò a los
plasticos una
bandada de granizo.

Manifestaciones iguales a un atardecer en los rincones.
Pronunciaciones que buscan el vilo desde un
plano de rumiantes, girando entre
veletas que oprimen
cuchillos prehistòricos, iguales a las membranas de un 
pelìcano.

Yo las veo en los relieves del lirio colmadas por 
colores donde empiezan las grietas. Las veo 
en las coherencias de los pàjaros que anudan el
trigo a la niebla, junto con un emperdible.

Las veo en la marejada en la cual brotan las venas,
en el juicio de un desierto, entre inmensas
respiraciones que cortan
los menguantes en sus dunas
o el ritmo de la niebla en los talismanes de un 
àrbol.

En las arqueologìas del purpura con una selva.
En los opuestos del cisne cientìfico ante
la llegada de una nuca, 
de un oceano de opuestos donde la espuma describe
un lirismo con plastilinas y
diluvios en las encìas.

En esta casa donde la saliva tiene una mañana.
Donde lo ortodoxo tiene vortices de sal.
Donde los reflejos caminan a diario con una reliquia
de bronce en sus ojos y los presentimienos
despiertan entre aluminios
que toman el
eco de urbanas linternas en los faroles.


Intentando buscar el desierto entre cascaras 
de plata.









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