jueves, 21 de agosto de 2014

Tres Momentos de la Memoria





Con otros nombres, recuerdo esta plaza.
Sus jardines eran manantiales al ser inundados
por la lluvia. Los àrboles parecìan en lo alto espejos,
pues el brillo del agua en sus hojas se reflejaban.

Recuerdo este parque lleno de nombres. Hoy lo evoco
sin los mismos. Todos son diferentes. Todos hablan. Esta
plaza sin ciencia en mis manos. Su soledad de cipreses que
tambièn son cometas. Su invierno de cometas profundamente
bolidos.

Ahora. Debo decir que el torpor ha pasado sobre todo.
Las conjunciones no pudieron salvarse, por lo mismo seràn
escritas como oraciones donde antes sòlo existìan
pudriendose el eter.

Tales conjunciones
de esa forma oprimiràn una piedra en sus manos

Follaje y hierba para un atlas desconocido. Barro y tallos
para un fulgor carnivoro llegando de los labios. Animales y patios
de oxigeno son las puas que recordamos de èl ahora. Animales
entre el sol y la clarividencia, sepultados por orgìas. Por
valles casi copernicanos.

Memorizo esta plaza para compararla con una lejana que vive
en mi memoria. La memorizo porque detalles semejantes a movimientos
como este, determinaràn mi vida.

Mañana volveràn a ser profundos cuando recuerde este al compararlo
con aquel escondido en el futuro. Aquel que llegarà.
Real y lineal. 
Horizontal como las palabras del follaje. Un momento que -sin embargo-
se convertira tambièn en una figura en la mente.

Y asi como èste que se mueve -igual al de ayer-junto al espìritu
esta memoria podrà escribir silenciosamente
que el màs lejano, fue borrado.




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