viernes, 22 de agosto de 2014

Los Juicios Amarillos







El espacio se internò entre los solidos
reconociendo la materia.

La materia aguardaba en el tiempo.

El tiempo contemplaba el vacìo para
reencarnarse en èl.

El vacìo acariciaba el caos desde juicios
amarillos.

La armonìa desentonaba su misteriosa
fìsica.

Podìamos comparar una sombra con otra,
pero no mucho.

El ruido aguardaba en el silencio
incursiones de flautas.

Intentè dormir en ese silencio como lo 
hacen los inocentes.

Intentè vivir como aquellos que viven
llenos de estandartes.

La noche rodeaba una esmeralda pero
no era todo.

La creaciòn voceaba en los lirios barcos
que llevan numeros de la tierra.

Comprendì que si no sumaba o restaba entre
ellos, mi existencia estaba perdida.

Y tambièn estaban los solidos, el espacio
reconociendo la materia.

La materia ya sin armonía ni idilios rozando
todo drama.

El universo marron sin poder reencarnarse.

Donde lo ùnico que florecìan eran
verdugos maravillosos.







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