miércoles, 27 de agosto de 2014
Origenes Cosmopolitas
Yo no he planeado grandes cosas para mì. Eso
es absurdo.
Me basta encontrar un poema y mal escrito;lo cual
es màs absurdo todavìa. Ello no es ningùn onirismo, pero
desciende de los mastodondes. Es ciclico y antediluviano.
Yo quisiera una relaciòn con la vida para existir y otra
para tener una perspectiva exacta de la vivencia. Del sol cuando
se humedece. Del brillo cuando nuevamente es encerrado
por la oscuridad, pero no en la oscuridad. De la
primavera cuando cuelga un girasol
en la nube.
A la pasiòn no me une ningùn derecho, asi que siempre
estoy unido a la sensibilidad, caer de esta se convierte en
un priorato, una forma de temple que sin embargo no posee
su raìz en los templarios.
No tengo proyectos para mì, mi subjetividad y cristianismo lo
saben. Hace mucho tiempo que no entro a un monasterio
porque no tengo una perspectiva del tiempo, una
que al menos pueda ir màs allà del espacio, no.
El tiempo està siempre unido a ella. Eso me separa de
èl.
Yo no planeo cosas. Yo sòlo estoy unido a mis esquirlas.
Yo me uno cada atardecer a los crepùsculos y
cuando desaparecen en invierno, los construyo
con mi sangre.
Segùn mis circunstancias, abrir las venas es un oficio menos
que poètico, la poesìa està destinada a grandes cosas,
no a aquellas domèsticas, menos originales que
este mimetismo, frente al dòn de la plaza donde
tù y yo somos cosmopolitas nuevamente.
Ello desciende del yugo. Ser cosmopolita desciende
de un yugo. Y yo soy cosmopolita segùn los virajes de
mi individualidad. Segùn sus adjetivos y sustantivos
cuando me coloco los guantes.
-escencialmente el invierno es de frìo-
Luego el sol pertenece a una anguila.
Y el universo cabe en su electricidad.
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