sábado, 12 de octubre de 2013

Los Filos Demagògicos






Hace algun tiempo.
En el punto donde empiezas creando
las cosas y describiendote
como desconocido en ellas; un pàjaro autista
por ejemplo.

Un ambiente celoso como mi alma
entre piedras y capitulaciones
sobre un escrito poètico
de sal y dossier.

Una melancolìa -que elegimos- de acero
para sobrevivir. Una tàctica o estrategia 
sin colgar su nombre cual busqueda.

Una vehemente doctrina
llevando la acrobacia
de una distorsiòn
inefable.

Travesaños de realidad y runas
doblados por una cadena en el relente 
y el juego de cuclillas ascendiendo
tembloroso-casi ardiente-
entre invencibles
murallas de cèfiros; cada uno
formando hilainos naipes en su mente.

Y nosotros creìamos que ello
vivirìa sin plasticos. De manera
como la voluntad en el rigor o el
mestizaje de una platea
donde el standar
del aceite
es el record del cirio
cuando toca el temple
aquello insurgente
al sueño o los fulgores; lo
llamarìa inspiraciòn si no creyera 
tanto en la poesìa
o formara mi nociòn
de su justicia
con diamantes de hollin en un àrbol.

Y escribir àrbol se hace absoluto,
pero ese es el peligro de todo ser literario
consumandose en el poema. Un ser que
a veces el espìritu toca.

Lo absoluto en èl, puede convertirse
en un filo demagògico.



Guillermo Paredes Mattos


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