No puedes entregar un mitòn al vertigo
despuès del aire.
Tampoco acceder al libro instruido por
manchas de inercias o estampas.
Sobre la iluminaciòn
tambièn raspan asonancias
de hockey.
No existe coherencia como el sol
o la razòn, si la sensibilidad
camina al racimo
ofreciendo
lechos de serpentinas o voces
de fusiles.
Se siente, tanto por el relàmpago
que cae dos veces en
las uñas de una
bengala
con azogues divinos
y luminosos o frìos como un
jardìn de nieve.
Desde aquì parten cerbatanas,
aquì nacen los relojes.
Linternas de pus iran con
el universo
entre canteras virtuales
enseñandote que
del carbòn
puedes tambièn alimentarte.
He construido chimeneas
que nada pueden
quemar.
Lamparas donde jamàs volverà
a arder el petroleo.
Los objetos no repiten las
cosas que hacen los
hombres.
Guillermo Paredes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario